TORREVELILLA
(TERUEL)
Situación
:Comarca:
BAJO ARAGÓN. . Portal de El Maestrazgo.Localidad de la provincia de Teruel situada entre los ríos Mezquín y Guadalope. A 19
Km. de Alcañiz y a 14 de Calanda.
Distancia de Teruel: 160 Km
Distancia a Zaragoza: 122 Km.
Código postal: 44641
Tel. Ayuntamiento:
978-852075Coordenadas:
41º 17' N - 00º 08' EAltitud: 611 m.
Habitantes: 175 de hecho.
En tiempos tuvo unos 800 y en los años 50 unos 600, cifra que prácticamente se incrementaba hasta un 30 por ciento, o más, durante el periodo de la recolección de aceituna. En 1970, tras la emigración, principalmente a Barcelona, Torrevelilla tenía 290 habitantes.
Lenguaje:
La lengua autóctona es el dialecto llamado Chapurriau, mezcla de
Castellano antiguo, Castellano actual y Valenciano, con algunas inevitables
catalanizaciones por las relaciones, sobre todo comerciales y migratorias, que siempre han
existido con Cataluña, concretamente con Barcelona. No obstante la lengua dominante en el
Chapurriau es el Valenciano. Naturalmente también se habló y se habla, cada vez más, el
Castellano.
Agricultura principal:
Olivo, almendro y cereales.
Ganadería:
Porcina, avícola, caprina y ovina.
Flora:
Pino, enebro, sabina, carrasca y coscojo, tomillo, romero, espliego o lavanda, té de roca y otras muchas plantas aromáticas y medicinales.
Fauna actual:
No hace tanto tiempo, unos 35 años, había gran variedad de animales
en la sierra y en los montes. Y los había en cantidades considerables: tejones (que aquí
llaman tajudos), jabalíes, jinetas, gatos monteses, (hay quien dice haber visto también
martas y linces), zorros, ardillas, liebres, conejos, erizos, perdices, tórtolas, palomas
torcaces, búhos normales, búhos gran duque, mochuelos, lechuzas, urogallos (que aquí
llamaban gallinas ciegas), urracas, cuervos, grajos, buitres, falcónidas, diversas clases
de águilas, mirlos, tordos o tordas (que llaman tordellas), estorninos, gorriones de
población y de campo, y una gran variedad de pájaros cantores y de bello colorido.
Tampoco faltaban culebras y víboras. Habían peces y verdaderos cangrejos de río
autóctonos en el Mezquín, afluente del Guadalope que desagua en el río Ebro.
Actualmente tejones, jinetas, martas, búhos gran duque, lechuzas, urogallos, cuervos,
buitres, águilas, grajos y gran cantidad y variedad de pájaros cantores y de bello
colorido han desaparecido, al igual que cangrejos y peces. El resto de animales se
mantiene en poca cantidad.
Servicios:
Al unísono de la
abundancia de animales silvestres, conocí en Torrevelilla, mi pueblo:
Cura (en tiempos hubo dos), convento de monjas de Santa Ana dedicadas a la docencia,
maestro, médico, practicante, veterinario, farmacia, Guardia Civil, secretario en el
Ayuntamiento, oficina de correos, barbería (en tiempos hubo dos), tres tiendas en las que
se vendía de todo excepto ropa (hace 60 años hubo una tienda que ya no conocí), dos
carnicerías, dos hornos de pan de leña, dos bares, un hostal o fonda y una taberna.
Había cinco fábricas de aceite de oliva y en la actualidad no queda ninguna en
funcionamiento.
Queda: un cura que atiende 5 pueblos, una maestra para una escuela que a duras penas se
mantiene abierta, un moderno horno de pan, una tienda de comestibles y un bar. Y desde
hace pocos años: piscinas municipales y un Pabellón Polideportivo en avanzada fase de
construcción. Oficina de servicios y de turismo de la Subcomarca del Mezquín (OFISE), la
Oficina para el Desarrollo del Mezquín y Matarraña (OMEZYMA), y una casa de turismo
rural denominada CASA "LA TORRE", acondicionada para minusválidos físicos.
El médico, A.T.S. y farmacéutico vienen tres veces por semana y la secretaria del
Ayuntamiento, dos. El cartero atiende varios pueblos, aunque la oficina de correos está
en Torrecilla de Alcañiz. En Torrevelilla no hay ahora estanco.
Comunicaciones:
Antaño habían dos autobuses por la mañana, Castellote-Alcañiz, y dos por la tarde Alcañiz-Castellote. Hace años que sólo hay uno por la mañana y otro por la tarde.
Fiestas patronales:
Fiestas Mayores en honor de sus patronos San Joaquín y San Marcos. Se celebran el
sábado, domingo y lunes siguientes a la Asunción o Virgen de Agosto.
Fiesta en honor de su patrona Santa Quiteria, el 22de mayo.
Historia:
Enclavada Torrevelilla en un llano al pié de la sierra de San Marcos, conocida como de
La Ginebrosa, cuenta la legendaria tradición oral que fue inicialmente una torre, al
parecer agrícola, de un moro llamado Velilla. Pudo ser también una torre de vigilancia o
ambas cosas a la vez. Ya llama la atención el nombre o apellido para un mahometano, al
que gustó el terreno y se afincó aquí dedicándose en solitario a la agricultura en tan
inhóspitos parajes. Por otro lado Velilla es un apellido muy frecuente en Torrevelilla.
En 1611 se constituyó como parroquia y en los archivos parroquiales del siglo XVII, que
son los más antiguos que se conservan, dice Torre de Velilla o de Vililla.
Tan bucólica leyenda fundacional, como todas las leyendas, a no dudar, es posible que
encierre un poco o un mucho de verdad. Pero en mi opinión sólo es verosímil, que no
verdadera, en la simpleza lógica de su contenido. Es un ejemplo más de la opinión
popular emanante del hito histórico que marcó la invasión sarracena que, tras una
permanencia de casi 800 años en la península Ibérica, eclipsó cualquier otro hecho
histórico anterior. Así, antiquísimas construcciones existentes muchísimo antes de la
llegada de Tarik y Muza, megalitos prehistóricos e incluso cuevas naturales, era y son
"cosas de moros". Por ejemplo, en el nombre étnico Maragatos se quiere ver en
su origen "mouros captos", moros capturados o moros apresados.
A mi entender Torrevelilla pudo ser, en sus orígenes, una torre agrícola para el
abastecimiento de tropas de la Reconquista o del señor o señores feudales de turno que
al fin de cuentas es lo mismo. Regentada por un moro o por un cristiano. Es un extremo que
carece de relevante importancia. Aún más. Muy probablemente el lugar exacto del comienzo
de mi pueblo, el enclave primero, no sea el que señala la caprichosa y maleable
tradición oral en el centro del pueblo, sino en un determinado y más lógico lugar de
las afueras. Los estudios arqueológicos y topográficos así parecen indicarlo con más
lógica, y una casi centenaria mujer de la localidad opina lo mismo, pese a no ser
"persona de letras".
Los señores feudales a los que me refiero pudieron ser los Caballeros Templarios del
cercano Castellote, a quienes perteneció, el vecino pueblo de La Ginebrosa, que en aquel
entonces debía ser un importante núcleo poblacional. De este pueblo "y de sus
alrededores" se abastecían los poderosísimos "Caballeros de la Capa
Blanca", pese a su famosa divisa "No para nosotros Señor, no para
nosotros...". A La Ginebrosa fueron llevados presos a su disolución.
La Tabla Esmeraldina, que nunca me ha fallado dice: "Si quieres saber la verdad,
pregunta a las piedras. Todo está escrito e ellas", y volver la mirada hacia
poblaciones como la también vecina Calanda con su célebre "desierto", y hacia
La Ginebrosa, me han hecho llegar a estas conclusiones que esquemáticamente expongo. En
éste último lugar, se vienen descubriendo vestigios de aquella época medieval.
Posteriormente Torrevelilla fue del señorío de Castelserás, perteneciente a los
Caballeros Calatravos de Alcañiz, herederos de los Templarios cuando éstos fueron
disueltos.
Carlos III le otorgó a Torrevelilla la Carta Puebla con el rango de Villa Real, por lo
que ostenta en su escudo la corona pertinente. Corona que en la fachada de la Casa
Consistorial destruyó la piqueta, en un acto más de necia barbarie, durante la 2ª
República. Carta Puebla que ha desaparecido. Pero, al parecer, ni se ha perdido ni fue
destruida.
Obtuvo la independencia municipal a mediados del siglo XIX, tras un litigio con La
Codoñera por cuestiones de límites de término.
Durante la Guerra Civil española Torrevelilla fue muy castigada por la aviación y
fuertemente hostigada por las fuerzas de ambos bandos, que tuvieron trincheras en las
inmediaciones del pueblo.
Acabada la contienda, Regiones Devastadas construyó: una nueva iglesia parroquial, un
grupo de viviendas unifamiliares para agricultores, un cuartel para la Guardia Civil y dos
viviendas unifamiliares para médico y maestro.
Manuel Jesús Martínez Fabón
Torrevelilla, Agosto 2000
Torrevelilla, portal del Maestrazgo
El Maestrazgo no es, originalmente, una comarca natural geográfica como pudiera ser Las Hurdes, Las Batuecas, el Bajo Cinca, El Somontano, El Bajo Aragón, o la misma subcomarca del Mezquín. Es una comarca histórico-geográfica que con el correr de los años se ha tomado como comarca natural geográfica. El Maestrazgo Turolense corresponde a una parte de los dominios Templarios en el Bajo Aragón, teniendo en cuenta que cuando se expandió la Orden desde Francia, el primer país en el que se afincó fue España y Aragón el primer territorio en el que se asentaron.El Maestrazgo comprende pueblos del Bajo Aragón y de Castellón. Por eso se habla del Maestrazgo Turolense o castellonense. Las posesiones de los Templarios en Castellón, llegaban hasta el mar, incluyendo el castillo de Peñíscola. Y no nos olvidemos de La Culla con su gris y derruido castillo. Es una comarca formada por este pueblo y seis más y que costó mucha sangre su conquista.
Hay quienes opinan que el Maestrazgo ya empieza en Hijar. Y no les falta razón, puesto que Alcañiz tiene un castillo al que le dio los primeros fueros y territorios Ramón Berenguer III, que era Templario. Por Calanda pasaron los Templarios. La Ginebrosa era una plaza fuerte Templaria que pertenecía a los Templarios de Castellote, que a su vez obedecían al Maestre (Maestrazgo) de La Iglesuela del Cid, quien alternaba su residencia entre esta población y Cantavieja, donde tenían un castillo fortificado. Precisamente Cantavieja fue uno de los últimos reductos que abandonaron a su disolución, porque las defensas naturales que proporcionaban los farallones que la rodean, la hacía prácticamente inexpugnable.
Podríamos seguir hablando de la curiosa situación de Torrevelilla, tierras de las que probablemente se abastecían los Templarios de la Ginebrosa y de Castellote. A La Ginebrosa fueron llevados presos los Templarios de Castellote cuando se disolvió la orden. En La Ginebrosa se están encontrando huellas de aquella lejana época medieval. Y podríamos hablar de la enigmática situación topográfica del Desierto de Calanda y tratar de averiguar qué hay bajo los cimientos, puesto que los Carmelitas acostumbraban a edificar sobre reductos de otros monasterios o cenobios. Tal vez podría darnos alguna luz la ermita de San Elías, que se yergue en un montículo frente al Monasterio.
Estas son, en síntesis, las razones válidas para considerar a Torrevelilla a la puerta del Maestrazgo. Tal vez, realmente, habría que situarla en El Maestrazgo, como tierras que poseía el Maestre de los Templarios.
Jesús Martínez Fabón - NUMINIA@terra.es